V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ESCUCHA, CASA DE DAVID
Escucha, casa de David: La Virgen pura se halla encinta; Dios la acaricia y la fecunda y la hace Madre de la vida.
La Virgen grávida nos lleva en el secreto de su dicha; la Virgen fiel nos abre ruta por su
obediencia de discípula.
Espera en calma la agraciada, con ella el mundo se arrodilla; levanta el pobre la mirada, con ella pide la venida.
Nacido en tiempos sin aurora, el Hijo espera con María. ¡Oh
Dios de amor, nuestra esperanza, cambia tu espera en parusía!
¡A ti, Jesús, Hijo esperado, aparecido en nuestros días, con santo júbilo cantamos! ¡Ven en tu reino, ven de prisa!
Amén.
SALMODIA
Ant 1. De Sión vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Salmo 134 I - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor, que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno, tañed para su
nombre, que es amable. Porque él se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. El Señor todo lo
que quiere lo hace: en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte, con los relámpagos desata la lluvia, suelta a los vientos de sus silos.
Él
hirió a los primogénitos de Egipto, desde los hombres hasta los animales. Envió signos y prodigios —en medio de ti, Egipto— contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a
pueblos numerosos, mató a reyes poderosos: a Sijón, rey de los amorreos; a Hog, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. Y dio su tierra en heredad, en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De Sión vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Ant 2. Perseverad constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Salmo 134 II.
Señor, tu nombre es eterno; Señor, tu recuerdo de edad en edad. Porque el Señor gobierna a su pueblo y se compadece de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata, hechura de manos
humanas: tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven,
tienen orejas y no oyen, no hay aliento en sus bocas. Sean lo mismo los que los hacen, cuantos confían en ellos.
Casa de Israel, bendice al
Señor; casa de Aarón, bendice al Señor; casa de Leví, bendice al Señor; fieles del Señor, bendecid al Señor.
Bendito en Sión el Señor, que habita en
Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Perseverad constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Ant 3. Yo miro atento al Señor, espero en Dios, mi salvador.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque
tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo miro atento al Señor, espero en Dios, mi salvador.
LECTURA BREVE St 5, 7-8. 9b
Aguardad con paciencia, hermanos, hasta la manifestación del Señor. Ved cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra. Lo va aguardando pacientemente, hasta que la tierra reciba las lluvias tempranas y las
tardías. Aguardad también vosotros con toda paciencia, fortaleced vuestros corazones, porque la manifestación del Señor está ya cerca. Mirad que el juez está a las puertas.
RESPONSORIO BREVE
V. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
V. Que brille tu rostro y nos salve.
R. Señor Dios de los ejércitos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Oh Rey de las naciones y deseado de los pueblos, piedra angular de la Iglesia que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el
Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba
del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia —como lo
había prometido a nuestros padres— en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Oh Rey de las naciones y deseado de los pueblos, piedra angular de la Iglesia que haces de dos pueblos uno solo, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra.
PRECES
Oremos, hermanos, a Cristo el Señor, que por nosotros se anonadó a sí mismo, y digámosle confiados:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesús, que con tu encarnación has
salvado al mundo, purifica nuestras almas y nuestros cuerpos de todo pecado.
No permitas que aquellos a quienes llamas hermanos por tu encarnación se alejen de ti por el pecado.
No permitas que aquellos a quienes
has salvado con tu venida merezcan ser castigados en el día de tu juicio.
Cristo Jesús, que nunca alejas de nosotros tu bondad y tu amor, haz que alcancemos la corona inmarcesible de gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te encomendamos, Señor, a nuestros hermanos que han sido separados temporalmente de su cuerpo; haz que, muertos para el mundo, vivan eternamente para ti.
Movidos por la fe, invoquemos a Dios
Padre con la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que, compadecido del hombre caído y sentenciado a muerte, quisiste redimirlo con la venida de tu Hijo, concede a los que en esta Navidad han de postrarse ante él con humildad, para adorarlo hecho niño en
Belén, que merezcan gozar eternamente de la compañía de su redentor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.