V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos
los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo
al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón
como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella
generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO.
Vosotros sois luz del mundo y ardiente sal de la tierra, ciudad esbelta en el monte, fermento en la masa nueva.
Vosotros sois los sarmientos, y yo la Vid verdadera; si el Padre poda las ramas, más fruto
llevan las cepas.
Vosotros sois la abundancia del reino que ya está cerca, los doce mil señalados que no caerán en la siega.
Dichosos, porque sois limpios y ricos en la pobreza, y es vuestro el
reino que sólo se gana con la violencia. Amén.
SALMODIA
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la
mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Lleva en el corazón la ley de su Dios. Aleluya, aleluya.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios. Aleluya, aleluya.
V. Y sus pasos no vacilan.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lleva en el corazón la ley de su Dios. Aleluya, aleluya.
2da Lectura
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
El hombre que se compadece de su prójimo educa, enseña y guía como pastor a su rebaño. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por
boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a
ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
Por la
entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El hombre que se compadece de su prójimo educa, enseña y guía como pastor a su rebaño. Aleluya.
PRECES
Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémosle, diciendo:
Tú solo eres santo,
Señor.
Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado, compadécete de nuestras debilidades.
Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del
amor, danos el progresar por caminos de santidad.
Señor Jesús, que nos quieres sal de la tierra y la luz del mundo, ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
Señor Jesús, que viniste al mundo
no para que te sirvieran, sino para servir, haz que sepamos servir con humildad a ti y a nuestros hermanos.
Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser, haz que un día podamos
contemplar la claridad de tu gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos ahora al Padre, como nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, que elegiste a san Juan Bautista de la Salle para educar cristianamente a la juventud, suscita en tu Iglesia educadores que se consagren por entero a la formación humana y cristiana de los jóvenes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.