INVITATORIO (Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santos Joaquín y Ana.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos
los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo
al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón
como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años aquella
generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de santos Joaquín y Ana.
Himno: VOSOTROS SOIS LUZ DEL MUNDO.
Vosotros sois luz del mundo y ardiente sal de la tierra, ciudad esbelta en el monte, fermento en la masa nueva.
Vosotros sois los sarmientos, y yo la Vid verdadera; si el Padre poda las ramas, más fruto
llevan las cepas.
Vosotros sois la abundancia del reino que ya está cerca, los doce mil señalados que no caerán en la siega.
Dichosos, porque sois limpios y ricos en la pobreza, y es vuestro
el reino que sólo se gana con la violencia. Amén.
SALMODIA
LECTURA BREVE Is 55, 3
Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la promesa que aseguré a David.
RESPONSORIO BREVE
V. Por su entrañable misericordia nos visitó el Señor.
R. Por su entrañable misericordia nos visitó el Señor.
V. Sacó de la descendencia de David un Salvador, Jesús.
R. Nos visitó el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Por su entrañable misericordia nos visitó el Señor.
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CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por
boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa
alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros
días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino
de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo.
PRECES
Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémosle diciendo:
Tú solo eres santo,
Señor.
Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado, compadécete de nuestras debilidades.
Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección
del amor, danos el progresar por caminos de santidad.
Señor Jesús, que nos quieres sal de la tierra y luz del mundo, ilumina nuestras vidas con tu propia luz.
Señor Jesús, que viniste al
mundo no para que te sirvieran, sino para servir, haz que sepamos servir con humildad a ti y a nuestros hermanos.
Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser, haz que un día podamos
contemplar la claridad de tu gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos ahora al Padre, como nos enseñó el mismo Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios de nuestros padres, que concediste a san Joaquín y a santa Ana el privilegio de tener como hija a María, la madre del Señor, concédenos, por la intercesión de estos dos santos, la
salvación que has prometido a tu pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.